La biblioteca de la Universidad del Quindío, denominada Euclides Jaramillo Arango, mediante acuerdo del 10 de junio de 1987, en reconocimiento póstumo al escritor, docente, político y forjador de nuestra alma mater, comenzó operaciones en 1962 con una donación de 703 títulos de libros y revistas. En 1966, siendo rector Pedro García Echeverry, fue reglamentado el servicio de la biblioteca y se abrió la sala de lectura, dándole la connotación de servicio público.
La llegada a la dirección de la licenciada en Bibliotecología, Martha Elena Medina Parra, marcó un antes y un después en la biblioteca uniquindiana. La cuyabra fue considerada, en su época, una adelantada en ciencias de la información, tanto que fue gestora de la cimiente que dio como fruto el pregrado Ciencia de la Información y la Documentación, Bibliotecología y Archivística.
En 1978, durante la segunda rectoría del ingeniero Fabio Arias Vélez, se construyó y habilitó una nueva sede. Allí fueron trasladadas las colecciones de libros y revistas gestionadas por la licenciada Medina Parra, y se dispuso una sala de lectura. En 1986, la siempre inquieta mente de la directora concibió la idea de adicionar una biblioteca infantil a la dependencia a su cargo. El proyecto fue aprobado por el Consejo Académico y, el 27 de octubre de 1991, bautizada vía concurso interno como Alegría de Leer, fue inaugurada la biblioteca infantil.
Durante la rectoría de Henry Valencia Naranjo se presentó ante Planeación Nacional el proyecto de modernización de la biblioteca, que permitió aumentar, en número y en áreas del conocimiento, el material bibliográfico disponible, además de la dotación de equipos informáticos y del servicio de internet. Este impulso justificó la aprobación, por parte del Consejo Superior, de la construcción de la actual sede de la biblioteca, inaugurada el 31 de octubre de 1997.
Bajo el liderazgo del actual director, Jairo Hernán Díaz Arias, profesional en Ciencia de la Información, Documentación, Bibliotecología y Archivística de nuestra alma mater, y con el impulso del rector Alfonso Londoño Orozco y de quien lo sucedió en el cargo, José Fernando Echeverry Murillo, la biblioteca se reinventó, la biblioteca se reinventó. El antiguo concepto de depósito de libros dio paso al de un ecosistema dinámico, materializado en el Centro de Recursos para el Aprendizaje y la Investigación, CRAI.
Entre 2015 y 2018 se rediseñaron los espacios físicos para incluir salas colaborativas, se habilitó la biblioteca digital y se implementaron nuevas plataformas tecnológicas. La resiliencia de este nuevo modelo se puso a prueba durante la pandemia, cuando los servicios virtuales 24/7 y el acceso remoto a vastos recursos electrónicos demostraron su valor y la visión que se ha tenido para gestionar desde el presente el futuro.
Hoy, la Biblioteca CRAI es un referente, con un sitio web pionero que ofrece acceso a más de 450.000 libros electrónicos, bases de datos especializadas para todas las facultades, repositorio institucional (Dspace) y de ciencia abierta (Dataverse). Sus servicios se han transformado y consolidado como un centro de habilidades académicas y tecnológicas; integran el uso de herramientas de IA y asesorías en línea, capacitaciones presenciales, virtuales o grabadas, entre otros, que completan una oferta que mira al futuro sin olvidar la magia del libro físico.
Con el ingeniero Luis Fernando Polanía Obando como rector, el proyecto continúa. Se avanza en la conversión del espacio en un coworking académico, confirmando que la biblioteca ha cumplido su promesa: ser el corazón palpitante del conocimiento en la Universidad del Quindío.
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Fecha de publicación 15/10/2025